MIEL DE LAVANDA ABAD 1 KG
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La miel de lavanda, como cualquier otra variedad, aporta un buen número de beneficios a nuestro organismo, ya que refuerza el sistema inmunológico, aporta energía, combate la fatiga, alivia la tos y los dolores de garganta y ataca las infecciones. Esta miel, elaborada por las abejas tras libar las flores de lavanda o espliego, es especialmente aromática y agradable al paladar, ya que el olor de la lavanda impregna todas las preparaciones culinarias y deja un sabor muy placentero en la boca.
Sugerencias Yerbabuena
Las lamiáceas constituyen una familia de plantas formada por más de 200 géneros y más de 7.000 especies. Dentro de esta gran familia encontramos la lavanda y el espliego, ambas pertenecen al mismo género, “Lavandula”, el nombre científico de la lavanda es lavandula angustifolia, y el del espliego es lavandula latifolia. Las dos plantas son muy aromáticas y típicas de la zona del mediterráneo, poseen características y propiedades medicinales muy similares, por ello muchas veces se las denomina de la misma forma. Comúnmente se suele asociar más el nombre de lavanda con el aceite esencial que se le extrae, y el nombre de espliego con la planta como tal. El aceite esencial de lavanda se utiliza mucho en aromaterapia, en la que destaca sobre todo su propiedad relajante entre muchas otras.
La miel de esta flor se produce sobre todo en verano, entre los meses junio y agosto, influenciado por la temperatura y las lluvias. Dado que la flor tiene un aroma especial y muy fuerte, se transfiere posteriormente a la miel que se recoge de estas flores, obteniéndose una miel de aroma y sabor exquisitos.
Esta miel tiene un color ámbar claro (incluso blanco o transparente), con un sabor dulce, una textura de cristalización media y una consistencia fluida. Por ese motivo se puede consumir sola, en infusiones o como ingrediente para la elaboración de cualquier tipo de postre. En cualquier caso es ideal para combatir afecciones de la garganta, resfriados y otro tipo de dolencias respiratorias. Aquí debemos incluir enfermedades de los bronquios, catarros, tos, congestión nasal y cualquier otro síntoma del resfriado o la gripe que ataque las vías altas.
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